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El placer de hacer las cosas bien

Después de todo, hay que hacer lo que a uno le haga feliz. Pero, no siempre todo resulta como uno quiere, por lo tanto hay que aceptar las cosas como son, y querer lo que se hace. No todo depende de uno mismo. Y además, ¿cómo saber qué es lo que realmente quieres? Hay que analizar primero, para luego actuar. Yo creo, que un obstáculo por más pequeño que sea, mientras no lo puedas superar, te vivirá atormentando, hasta que lo resuelvas, y si vives con ese obstáculo pendiente, no podrás accionar tranquilo el resto de la carrera, y tenderás a quedarte fácil, queriendo no continuar. Si no me lo ha pasado… Muchas veces me cuestiono cuál es el sentido de la vida, qué es lo qué estoy haciendo, qué debo hacer para sentirme mejor, que debo hacer para mejorar, para ser feliz. No logro responder todas mis cuestiones, pero se que debo superar las trabas que me impiden seguir avanzando, y que superado aquello, ya nada será imposible, porque si podemos resolver un problema, los demás también. Después de todo, nada es imposible. No hay sufrimiento eterno, no hay dudas que no se aclaren a lo largo del tiempo y no hay problemas que no se solucionen.
“Por muy larga que sea la noche, el amanecer llegará”. Lo superaré.